sábado, 16 de abril de 2016

Creo necesario hacerte una aclaración... 


no hay periodismo ni autores objetivos, todos representan a una postura ideológica, por eso hay que leer de todo para formarse una opinión propia, pero antes hay que saber de que lado del mostrador estamos para no perder el norte.
La historia oficial la escriben las posturas ganadoras y los otros (generalmente el pueblo) deben ir construyendo su memoria para reconocerse aprendiendo de sus luchas, hay varios intelectuales que han colaborado en ello recogiendo y sintetizando la sabiduría y experiencia popular, Galeano y Benedetti entre otros, así como Ana Ribeiro y Benjamin Nahum.

Para comenzar a "hacer muela", como decís vos, vamos a ver este texto extraído del blog "Nuevo Mundo, Mundos Nuevos, primera revista evolutiva en la red americanista". 
No lo conocía, gracias a vos lo encontré y lo elegí porque tiene referencias de autores de todos los pelos y de instituciones reconocidas.


"El golpe de Estado que dio origen a la dictadura cívico-militar uruguaya (1973- 1985) estuvo precedido de una grave crisis política, económica y social1 durante el gobierno de Pacheco Areco (1967-1972) que dejó en evidencia la falta de capacidad por parte de los partidos políticos tradicionales para encontrar salidas viables. El presidente electo Juan María Bordaberry disuelve las cámaras el 27 de junio de 1973 y habilita a las Fuerzas Armadas y a la policía a “adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos”2. De forma previa al golpe, el poder ejecutivo comenzará a utilizar las Medidas Prontas de Seguridad3, previstas en “caso grave e improvisto de conmoción interior” de forma sistemática. En septiembre de 1971 se autoriza la creación de las Fuerzas Conjuntas para que las Fuerzas Armadas y la policía asumieran la “lucha antisubversiva”. 

      Autores consultados:
  • 1 Yaffé, Jaime (y otros) La dictadura cívico-militar. Uruguay 1973-1985. Banda Oriental, Montevideo, (...)
  • 2 Decreto del Poder Ejectuvio. 27 de junio de 1973.
  • 3 Demasi, Carlos, (coord.), Cronología comparada de la historia reciente del Uruguay. Montevideo, Fun (...)
  • 4 Universidad de la República. Investigación sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en el Urugu (...)
  • 5 Serpaj, Uruguay Nunca Más. Informe sobre la violación a los Derechos Humanos (1972-1985), Serpaj, U (...)
  • 6 Según datos del Museo de la Memoria de Montevideo, Uruguay.
  • 7 Asumimos la periodización propuesta por Luis Eduardo González en 1983, aceptada por la historiograf (...)
3El sistema de vigilancia sistemático de la sociedad uruguaya escapa a las fronteras nacionales e instaura una verdadera “cultura del miedo”. Un ejemplo de ello es el Certificado de Fe democrática que distinguía a la ciudadanía en tres grupos “A”, “B” y “C” según su “grado de peligrosidad” necesario para efectuar cualquier trámite. El grado “C” autorizaba incluso la detención inmediata por parte de las autoridades4. La dictadura trajo consigo el desmantelamiento de las organizaciones sociales y sindicales, su ilegalización, la detención de sus miembros bajo una táctica de tortura sistemática, encarcelamiento prolongado y masivo5 y desaparición forzada o en su defecto, el exilio forzoso. Se calcula que unas 380.0006 personas se vieron obligadas al exilio entre 1963 y 1984 por motivos económicos o políticos, casi el 14% de la población. El período de fuerte represión al que hacemos referencia se inscribe en la etapa “comisarial”7 de la dictadura."

 Para muchos de los uruguayos forzados al exilio, instalarse en Argentina o Chile fue una opción que se vio favorecida con la llegada al poder de Héctor Cámpora y Salvador Allende respectivamente. El exilio se da en oleadas según la persecución política, que en un primer momento se dirige contra los tupamaros8. Instalarse en el Cono Sur, daba la posibilidad de estar cerca para continuar la labor política y de militancia. Esta situación no duraría mucho tiempo. Los sucesivos golpes de Estado, en Chile, a tres meses del uruguayo y tres años más tarde en Argentina implicaron la ampliación de la persecución política más allá de las fronteras, obligando a los exiliados a emprender un segundo exilio. Si hasta entonces era considerado temporal, el exilio se convertiría en un período de larga duración en lugares más lejanos. Entre los países de acogida destacan Venezuela, México y Cuba en el continente americano y Suecia, Suiza, Holanda, Francia, Dinamarca, España, entre otros en Europa.
7Cuando hablamos de exilio hacemos referencia a un fenómeno complejo, con características propias desde el punto de vista individual y colectivo. Nos parece pertinente recoger la reflexión de Silvia Dutrénit que lo define como:


[…] tiempos de llegada, un conjunto plural de corrientes políticas, una madeja de historias personales, un cúmulo de acciones para seguir en la política y para salir de ella. Está constituido por un universo disperso de actos comunitarios y, a la vez, de hibridación cultural, de integración social, de rechazo de los nuestros y de los otros. Forma un mundo de padecimientos, de angustias, de desencuentros con los cercanos y acercamiento a los distantes9.

              Autores consultados:  

  •          8 Miembros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. El MLN-T nace a final de los años ´60 en (...)
  • 9 Dutrénit Bielous, Silvia (Coord.), El Uruguay del exilio. Gente, circunstancias, escenarios, Trilce (...)
El exilio uruguayo en Francia se concentró mayoritariamente en París. Formado a partir de dos grandes oleadas: la primera entre 1972 y 1976, en su mayoría tupamaros y otra a partir de 1977, principalmente comunistas, pero también de otros grupos de la izquierda, sindicalistas y miembros del Partido Nacional. A pesar del exilio permanente y lejano, muchos optaron por continuar con la militancia; ésta no sólo era la forma de seguir la lucha por la que se vieron obligados a abandonar el país sino también su forma de posicionarse frente a la sociedad de acogida y al propio colectivo de exiliados. Sus actividades se centraron en la denuncia de la dictadura uruguaya en el espacio internacional (condiciones de reclusión, los detenidos-desaparecidos), el apoyo a los que se habían quedado en el país y la solidaridad entre los propios exiliados.
9En 1973 nace el Comité de Défense des Prisionniers Politiques en Uruguay (CDPPU) apoyado por franceses como el sociólogo Alain Labrousse. Este comité, próximo a la militancia tupamara crea el Collectif pour la Défense de Raúl Sendic. En el seno de la asociación France Amérique-Latine se crea en 1976 el Collectif pour la défense de Líber Seregni ligado a la militancia del Partido Comunista del Uruguay (PCU). Será también de la militancia tupamara que nace La Parrilla, producto de su unión al Centre international de la culture populaire. La Parrilla es un espacio de encuentro, que hoy sigue funcionando bajo la órbita de la asociación ¿Dónde Están? Francia. En ese mismo año nace el Secrétariat Internacional de Juristes pour l´amnistie en Uruguay (SIJAU) formado por juristas franceses que contaron con el apoyo de exiliados como Alejandro Artucio o Pila Salaberry.
10Conocer su militancia nos acerca a sus primeros reclamos. Analizar cómo estos evolucionan, nos permite encontrar, una primera figura de víctima y reflexionar sobre qué elementos se apoya su construcción.
 Cuatro acontecimientos marcan el tránsito que terminará por reafirmar el vínculo entre los colectivos de exiliados y las organizaciones de Derechos Humanos: la intervención del ex senador Zelmar Michelini en abril de 1974 en el tribunal Russell, la primera campaña contra la tortura en un país de Amnistía Internacional, la aprobación de la Enmienda Koch en el Congreso de los Estados Unidos y la inclusión de la situación uruguaya en los temas a tratar en el orden del día de la Comisión de DD.HH. de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Autores consultados:
  • 11 Tribunal Russell por la represión en Brasil, Chile y América Latina, tuvo lugar en Roma en abril de (...)
13Zelmar Michelini se encontraba exiliado en Buenos Aires, Argentina. Durante su discurso pronunciado en el tribunal Russell11, Michelini enfatiza:
[…] Llegamos ahora a este tribunal Russell, para acusar a la dictadura uruguaya, a los civiles con cargo, a las Fuerzas Armadas sin excepción de haber arrasado las instituciones, conculcado las libertades, mancillado la tradición oriental, violado la Constitución, las leyes, los acuerdos internacionales. Los acusamos de haber perseguido, acosado torturado y vejado a su pueblo, transformando las cárceles en lugares de sufrimiento y escarnio y de haber desatado el terror a todo nivel. […] y lejos de nuestra tierra hemos seguido en la lucha, tratando no sólo de ahondar en la conciencia ciudadana de todos los hombres del mundo sino de hacer lo que estuviese al alcance de nuestras fuerzas para destruir la dictadura12.
 No quiero extenderme demasiado, simplemente mostrarte este blog que es muy completo y que te dejo a mano para que lo investigues a gusto.



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